domingo, 6 de marzo de 2016

38º Maratón de San Sebastian. Parte 2: No Pain No Gain

Finales de Noviembre de 2015, una fecha muy importante marcada en calendario, llevo más de tres meses preparando la Maratón de San Sebastian con el objetivo de bajar de 3:05:00 y así poder conseguir dorsal para correr en el Maratón de Londres. Un finde intenso por delante, el sábado por la noche llega mi amigo inglés Chris con el que voy a volver a compartir una Maratón. Vamos a cenar con mis amigos a Onyarbi una buena ración de pasta y sin mucho tiempo a casa para poder dormir unas horas antes de la gran cita. 

Salida, primeros metros
El domingo el despertador suena pronto para poder meternos un buen desayuno entre pecho y espalda: porridge, zumo, sándwiches, cereales... Miguel y Ongi pasan a recogernos para ir Donosti. Ongi, que no puede correr por lesión, nos deja en Anoeta para ir dejar la mochila y prepararnos. Dorsal y chip en su sitio, estiramos un poco para entrar en calor y nos dirigimos a la zona de salida. Miguel va a correr a un ritmo más tranquilo y Chris que en el último mes ha corrido dos maratones decide acompañarme. 

Disfrutando por las calles de Donosti
Los nervios a flor de piel, temperatura perfecta para correr, comienza la carrera, salimos más atrás de la liebre de 3h 30min, ya no hay marcha atrás, apretar los dientes y a pelear zancada a zancada con la mente puesta en cruzar la meta por debajo de 3:05:00. Primeros kilómetros salimos a 4min 15seg/km pasamos a mucha gente, vamos adelantando a muchos corredores por la acera hasta que el pelotón se va estirando. Enseguida alcanzamos a la liebre de 3horas 30minutos y todo el pelotón que le acompaña. Tengo que zigzagear y subirme por donde puedo para pasar a todos los corredores y no perder ritmo. Dejo a Chris un poco atrás pero una vez que pasa a la liebre nos volvemos a juntar. 

Entramos de lleno al barrio de Gros, km8, y vamos a buen ritmo, hacemos algún kilómetro a 4minutos, se que ha este ritmo no puedo aguantar toda la carrera pero me siento bien y necesito coger un colchón para cuando lleguen los kilómetros complicados. Chris va un poco cargado, le pesan las maratones de las últimas semanas pero sigue acompañándome como un campeón. La primera vuelta por el antiguo y universidades se pasa volando, van cayendo kilómetros y me siento muy bien. Un poco antes de llegar a la media Maratón dejo un poco atrás a Chris y al final y me dice que siga, estos kilómetros al lado suyo han sido de gran ayuda, ahora toca concentrarme y seguir la carrera en solitario. 

Saliendo del túnel de Amara
Miro el reloj cuando paso la media maratón y me marca 1 hora 29 min 08 segundos, no me lo creo a este ritmo voy camino de romper el muro de las 3 horas. Todavía no sabía lo que se me venía encima. En estos momentos estoy disfrutando, doy la vuelta al estadio de Anoeta y recibo un montón de ánimos de todos los amigos que se han acercado. Comienza la segunda vuelta, concentración máxima, llevo buen colchón de tiempo. Van pasando los kilómetros corriendo por la orilla del río Urumea y un largo túnel. Paso el km28, dos tercios de la carrera y ya empiezan a pesar los kilómetros pero todavía mantengo un buen ritmo. No hago otra cosa que repetirme a mi mismo, "Vamos, una hora más y esto está hecho!!" Hasta este momento en toda la carrera he ido adelantando corredores.

Concentrado, zancada a zancada
Los kilómetros cada vez van pasando más lentos, queda atrás la concha, el túnel del antiguo, las universidades... hasta que llegamos al punto más crítico de la Maratón, la larga calle Portuetxe, esos dos kilómetros (km34 y km35) uno de ida y otro de vuelta que más de una vez me han tumbado en esta carrera. Esta vez tenía que aguantar, iba muy bien y no podía tirar el trabajo de tantas semanas. El cansancio mental y muscular cada vez es más grande y veo cómo mi zancada no es tan amplia, no paro de hacer cálculos de tiempos en mi cabeza, kilómetro 35, me quedan 7 y el reloj marca 2 horas 30 minutos. Si corro a 5 minutos/km llegaré justo para bajar de mi objetivo.

Son kilómetros muy duros, estoy medio mareado y voy con el tiempo muy justo, vuelvo a pasar el túnel del antiguo, km38, cada vez más cansado pero ya se empieza a notar el calor de la gente que está animando. Cada kilómetro miro el reloj, voy al límite y no se si voy a poder bajar de 3:05:00, por unos momentos mi cabeza me dice que pare que ya lo intentaré en otra ocasión, pero no me me dejo auto-convencer, a este ritmo solo me quedan 15 minutos, ¿que son 15 minutos después de casi 3 horas corriendo y muchos entrenamientos de series y tiradas largas? No puedo tirar la toalla, vamos último empujón! 

Celebrando con los aitas
Paso el barrio de Amara, últimos 2 kilómtros. Empiezo a ver a gente conocida y amigos que me animan, giro la curva que da la entrada a los aledaños del Estadio de Anoeta está repleta de gente y ya la cabeza no me da para reconocer a nadie. Último kilómetro, lo tengo ya hecho, no me puede parar nadie, entro en el estadio de Anoeta para correr los últimos metros por la pista de atletismo y sin quitar la vista al reloj veo que voy a entrar a tiempo, ya lo voy celebrando, que alegría, a falta de 100 metros están los amigos con los que entreno en Irún animando, por los gestos y la cara de felicidad que tengo ellos también se dan cuenta que lo voy a conseguir. Ahora sí, últimos metros dos saltos levantando las piernas como ritual de llegada en todas las carreras y FINISHER!! 

Chris y yo con la medalla de Finisher
Objetivo conseguido 3 horas 4 minutos y 38 segundos!! Qué duro ha sido pero ha merecido la pena, este momento de felicidad no se paga con nada. Pensar que solamente me han sobrado 22 segundos después de tanto tiempo me ponen los pelos de punta. Me tiro al suelo y mientras todavía estoy asimilando lo que está ocurriendo veo a Chris que está llegando, 3 horas 6 minutos 31 segundos, record personal para el. No podemos casi ni andar, mientras nos duchamos y recogemos nuestras cosas Miguel ha acabado la carrera. Nos juntamos todos en Anoeta para comentar la carrera y celebrar lo que hemos conseguido.

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