La percepción del tiempo no es la misma dependiendo del espacio en el que nos encontramos. Por ejemplo, no es lo mismo atender una hora de clase en la que no prestamos interés, que pasar una hora cenando con los amigos. Algo parecido es lo que me está ocurriendo en los cerca de dos años que llevo viviendo en Londres, el tiempo ha pasado volando en comparación a cuando vivía en Irún. En este periodo, he tenido que hacer varias mudanzas, he cambiado de trabajo y no paro de conocer nuevos sitios y diferentes personas, ésto hace que cada día y cada semana, sean totalmente diferentes. Con sus cosas buenas y sus cosas malas, los que salimos del área de confort, es decir, de nuestra ciudad natal, vivimos en una montaña rusa de emociones donde hay días que tocamos fondo y otros que nos vamos a comer el mundo. A pesar de todo, no deja de ser una experiencia enriquecedora y muy recomendable.
Esta semana empiezo una nueva etapa. Después de haber disfrutado la oportunidad de trabajar en un puesto relacionado con mis estudios durante seis meses, ahora llega el momento de afrontar un nuevo desafío. En este tiempo, el Inglés no ha mejorado tanto como me hubiese gustado y a partir de ahora va a ser el objetivo número uno. Se avecinan unos meses cañeros en los que compatibilizaré un curso intensivo en una academia de Inglés y unas horas de trabajo en Starbucks. Un nuevo trabajo, para continuar creciendo, aprendiendo y ganando experiencia laboral.
Se acabó la buena vida, se acabaron los fines de semana libres, también se acabó el verano. Vuelven los madrugones, vuelven las clases y los exámenes, vuelve el invierno con sus días cortos y su frío. En definitiva, una nueva vida, una nueva rutina, una nueva mudanza dentro de muy poco. Me siento como si volviese a empezar, como si fuese nuevo en la ciudad pero a la vez con la experiencia que me ha dado el tiempo. Unos días de vacaciones en España y vuelvo con las pilas cargadas, con ganas de comenzar esta nueva etapa que me permita seguir explorando los rincones y secretos que guarda esta maravillosa ciudad.
Millennium Bridge and St Paul's Cathedral |
Se acabó la buena vida, se acabaron los fines de semana libres, también se acabó el verano. Vuelven los madrugones, vuelven las clases y los exámenes, vuelve el invierno con sus días cortos y su frío. En definitiva, una nueva vida, una nueva rutina, una nueva mudanza dentro de muy poco. Me siento como si volviese a empezar, como si fuese nuevo en la ciudad pero a la vez con la experiencia que me ha dado el tiempo. Unos días de vacaciones en España y vuelvo con las pilas cargadas, con ganas de comenzar esta nueva etapa que me permita seguir explorando los rincones y secretos que guarda esta maravillosa ciudad.