Si hay uno de esos días que da sentido a la experiencia que estoy viviendo, ese fue el día del Cheese Rolling. Una tradición inglesa que cada año esta obteniendo más repercusión mediática.
"El festival del queso rodante, cuyo nombre original en inglés es Coper's Hill Cheese-Rolling and Wake, es un evento anual que se celebra el último lunes de mayo (bank holiday de primavera) en la colina de Cooper cerca del distrito de Gloucester. Aunque es un evento tradicional de la la pequeña localidad de Brockworth, con el paso de los años ha ido adquiriendo relevancia internacional." Fuente: Wikipedia
El evento se celebra a las 12:00 pero dos horas antes ya se empieza a respirar el ambiente previo con la llegada de los espectadores y participantes a la colina.
Con la intención de llegar con tiempo madrugamos para salir pronto de Bristol. Llegamos a Gloucester tan pronto que nos dio tiempo a dar una vuelta por el pueblo. Luego cogimos un autobús que nos acercó hasta la entrada a la colina. Un paseo de 15-20 minutos y llegamos a la colina de Coper´s Hill hacia las 11:00, allí nos juntamos una buena cuadrilla. Decidimos subir arriba del todo ya que algunos estábamos pensando en participar y ya había gente preparándose para la carrera. Según se acercaba la hora Alex, un amigo suyo y yo teníamos más ganas de tirarnos colina abajo.
Llegó el momento, las 12:00 del medio día y nosotros metidos en medio del fregado, rodeados de un montón de participantes frikis disfrazados mientras un helicóptero sobrevolaba la zona para grabar el esperado evento. La colina estaba con el aforo completo, no entraba ni un alfiler más. Los organizadores nos prepararon para empezar a correr en tandas de 15 personas, por lo tanto nos tocó esperar.
La primera tanda un chico disfrazado de americano de los pies a la cabeza salió como una bala y ganó la carrera con facilidad. Unos minutos después 15 personas más se lanzaron a por el queso y nosotros ya estábamos preparados en la línea para ser los siguientes en participar. Pero no fue así, nos toco esperar la carrera femenina, la de los niños cuesta arriba, una de solamente autóctonos y otra de hombres cuesta arriba. Por lo tanto fue la quinta tanda y ya sin el premio del queso la que nos tocó participar.
Yo estaba en una esquina con la camiseta de la real estudiando por donde podía trazar el mejor camino para caerme lo menos posible mientras que Alex se colocó en medio. Comenzó la carrera y no empecé muy bien, salí con miedo y no hacía más que caerme de culo. Alex sin embargo salió como un cohete. A mitad de la colina como iba de los últimos perdí el miedo y empecé a rodar sin poder frenar y dándome buenos revolcones hasta la llegada donde un equipo de rugby nos esperaba para pararnos en seco. Por otra parte Alex estuvo apunto de ganar la carrera, solamente un chico disfrazado de Samurai acabó un segundo antes que el.
Una vez acabada la carrera examinamos los golpes recibidos, por mi parte el tobillo un poco tocado y un buen golpe en el hombro. La peor parte se la llevó un chico que se quedó tendido en medio de la colina con el pie totalmente salido y nadie lo pudo mover en varias horas del sitio debido a la fuerte inclinación de la colina. Aunque la actividad resulta bastante peligrosa es una experiencia que teniendo la oportunidad no hay que perderse, bien como participante o como espectador.
El año que viene si se da la oportunidad, repetiré con la intención de ir mejor preparado.
Vista desde abajo |
Los primeros participantes |
Nuestra tanda, foto 1 |
Nuestra tanda, foto 2 |
Al finalizar la carrera |
MI APARICIÓN: MIN 2:33
El año que viene si se da la oportunidad, repetiré con la intención de ir mejor preparado.