El 23 de Octubre estaba marcado en el calendario desde hace varias semanas, el partido de Champions que la Real iba a disputar en el mágico campo del teatro de los sueños, Old Trafford, prometía ser inolvidable y las expectativas no se quedaron cortas. Desde que monte en el autobús camino a Manchester ya se notaba en el ambiente que iba a ser un gran día. Una docena de realzalez coincidimos en el viaje que tardó algo más de 5 horas.
Piccadilly square |
Nada más pisar la ciudad, directo a la zona de ambiente, Piccadilly Square, una preciosa plaza colorida de blanco y azul en la que los típicos cánticos que se escuchan en Anoeta amenizaban la mañana. Poco a poco más aficionados fueron llegando y a pesar de algún que otro chaparrón la temperatura en el ambiente iba creciendo. Unas cervezas y unos sándwiches para reponer fuerzas y a las 17:00 llegó el momento de la kalejira dirección al estadio. Una marea txuri-urdin inundo las calles de Manchester para el asombro de sus ciudadanos que observaban asombrados la gran fiesta que estábamos montando.
Old Trafford |
Los 5km que separaban el centro de la ciudad con el estadio se hicieron largos. La euforia se fue apagando pero una vez que vimos el mítico estadio los ánimos volvieron a encenderse. Después de sacar unas fotos en la entrada del estadio una larga cola nos esperaba para acceder por la puerta 36, la cual, indicaba la bienvenida a la afición de la Real.
Puerta 36 Old Trafford |
Una vez dentro, las palabras y las imágenes se quedan cortas para describir lo vivido. Más de 6.000 aficionados concentrados en la grada superior de una de las porterías y animando sin parar. Llegó el gran momento del día, los jugadores saltan al terreno de juego y de fondo se escucha música celestial, suena la canción de la Champions. Después de pasar por el infierno de la segunda división hace unos años, el humilde equipo al que sigo incondicionalmente apunto de jugar un partido de Champions League contra el Manchester United en Old Trafford.
Comenzó el partido, el balón echó a rodar y en una de las primeras jugadas un gol en propia puerta nos condicionó el partido. No he de negar que de haber ganado la fiesta hubiese sido apoteósica pero a pesar del marcador el partido fue increíble La afición que tenemos como siempre de 10. Una vez acabado el partido, el estadio se vació y nosotros no nos movimos del sitio. Algunos jugadores de la real volvieron a salir del vestuario para agradecernos el apoyo recibido durante todo el día.
En el recuerdo para siempre me quedará este partido tan especial, ver jugar a la real en este escenario, ver a leyendas como Rooney, Giggs... no tiene precio. Muchas gracias al cuarteto con el que pasé este día y en especial a Alain por acordarse para la entrada. Un día inolvidable!! Aupa Real!!