El pasado domingo participé en la primera edición de la carrera organizada en Honyarbi de 10 kilómetros en un circuito prácticamente llano. En el fin de semana más lluvioso de los últimos tiempos, con grandes inundaciones en la provincia de Gipuzkoa, la lluvia nos dio una tregua en el momento de la carrera. Con una temperatura ideal para correr, la única adversidad que nos encontramos fue el viento.
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Foto: Josema |
Durante el último mes, después de la Media de Donosti, he bajado la intensidad de los entrenamientos por lo que no llegaba a esta carrera en condiciones de mejorar el tiempo personal en 10km que hice en la Txingudi Korrika con la marca 36:49. Ahora mismo el objetivo es mantener la forma, dentro de un mes empezaré a preparar las carreras de otoño. Por lo tanto esta carrera era un buen test para probar cómo me encuentro. Por las sensaciones que tenía los días previos creía que podría bajar de 38 minutos. Y a pesar de no hacer una buena carrera no falle en la quiniela...
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Cartel de la prueba |
La carrera empezaba a las 10:00, esta vez no madrugué tanto como en otras ocasiones, desayuné un par de horas previas a la salida. Preparé toda la ropa mientras veía por la ventana la que estaba cayendo: cortavientos, gorra, térmica para el calentamiento... Llegué con una hora de antelación para aparcar, ir a la zona de salida y calentar con M´Barek y Gavela. Pero al no encontrarnos, decidí ir a tomar un café con leche a un bar del puerto deportivo. Entré en calor y volví al coche para cambiarme de ropa. A falta de 25 minutos paró de llover, aproveché para salir del coche y empezar a calentar. Poco a poco cerca de 300 corredores nos fuimos acercando a la línea de salida. Encontré a Mbarek y Gavela, nos colocamos en las primeras líneas del pelotón y comentamos cómo íbamos a correr.
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Foto: Josema |
Consejos vendo pero para mí no tengo. Gavela nos decía que intentásemos coger un grupo para ir resguardados del viento y mantener un ritmo constante. Yo le comenté a M´Barek que saliese tranquilo pero eso mismo me lo podría haber aplicado yo mismo. Pistoletazo de salida, tras los primeros compases de la carrera, enseguida se forma un grupo de 8-10 corredores en el que van mis dos compañeros de entrenamientos. Sé que esa no es mi liga, tras el paso por km1 y el km2 el reloj marca 3:31 y 3:34, demasiado rápido pero con buenas sensaciones. Poco a poco voy perdiendo distancia con el grupo lo que me hace quedarme en tierra de nadie. Km3 y km4, bajo el pie del acelerador y empiezo a correr al ritmo que me corresponde, 3:42 y 3:45. Algún corredor me adelanta mientras sigo buscando mi sitio en la carrera.
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Foto: Pablo Samaniego |
Al paso por la mitad del circuito el parcial me marca 18:28, ahora empieza lo más duro. Durante los siguientes kilómetros puedo mantener el ritmo sobre 3:50. Entramos en una zona de ida y vuelta expuesta al viento, nos dirigimos hacia el puerto. Me siguen adelantando más participantes y aunque intento seguir la estela de alguno soy incapaz. Un chico joven me pasa y me anima para que siga con él. En el km9 el viento y el cansancio pasan factura, es el peor parcial de todos, 4 minutos/km. Afronto el último kilómetro intentado seguir al chico que tras adelantarle me vuelve a pasar. Voy muy justo, se me escapa su referencia y también pierdo alguna posición más. Aprieto los dientes para afrontar los últimos metros e intentar bajar de 38 minutos. Cruzo la meta y el crono marca 37 minutos 52 segundos.
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Foto con Julian y Ander |
Objetivo sub38 conseguido aunque no estoy muy contento con la carrera que he hecho. He corrido muy irregular empezando muy fuerte y lo he pagado en la segunda mitad del recorrido. No puede ser que entre el kilómetro más rápido y el más lento tenga medio minuto de diferencia. Por el tipo de circuito y el momento de forma que me encuentro era un día para arriesgar y probar si podía mantener ritmos más altos (3:35/3:40) y no ha podido ser. Por otro lado estoy contento por ver que mantengo la mejoría del último año cuando me costaba bajar de 40 minutos en 10km. Tras la carrera un picoteo de tortilla y pizza que no pudimos alargar debido al tiempo desapacible.