Crónica de un fin de semana de atletismo en Irun. El pasado domingo el Club de Atletismo Super Amara BAT organizó la II Vertiz Ford Media Maratón de Irun - Urbycolan acompañada de una carrera de 10 kilómetros donde llegamos a los cerca de 1000 inscritos entre las dos distancias. Fue una mañana de febrero calurosa como pocas antes se recuerdan en estas fechas. El sábado los participantes pudimos disfrutar del ambiente previo a la carrera en la feria del corredor donde estuve echando una mano repartiendo dorsales.
Después de pasar el mes de diciembre en el dique seco debido a una lesión en la Maratón de Valencia me ha costado volver a coger el ritmo que tenía hace unos meses. Sabía que no estaba para hacer mejor marca en media maratón (Edinburgh 2018), pero quería intentar romper la barrera de 1 hora 25 minutos, es decir, correr por debajo de 4 min/km. La carrera tiene un circuito de 10km que sale en el Paseo Colón y recorre los barrios de Irun con la meta en el ayuntamiento, en caso de la media son dos vueltas al circuito con una extensión de 1km en la segunda vuelta.
El día de la carrera me despierto con muchas ganas pero sin los nervios que tenía por ejemplo en Valencia donde llevaba muchos entrenamientos a las espaldas. Desayuno a las 7am, 3 horas antes de la salida. A las 9:15 salgo de casa trotando para juntarme con los del equipo Arbes Korrika, subimos andando hasta la Plaza Ensanche. A esa hora el termómetro ya marca 18º y el viento sur se hace notar tirando al suelo algunas vallas que están en la línea de salida. Hay un montón de corredores calentando a lo largo del Paseo Colón.
Me sitúo en las primeras filas del cajón de salida cerca de las liebres de 1:20 y 1:25. La idea que tengo es correr la primera vuelta con la liebre de 1:25 pero nada más empezar a correr salgo disparado a un ritmo bastante rápido. El primer kilómetro es en bajada por la Avenida Iparralde, el reloj me marca un parcial de 3:34 minutos, me encuentro en un grupo por delante de la liebre de 1:20. Los siguientes 4 kilómetros son planos, los ritmos me salen entre 3:42 y 3:54. Sé que no voy a poder mantener este ritmo toda la carrera pero quiero tener un colchón para cuando lleguen las cuestas.
Efectivamente en el tramo de los repechos bajo el ritmo y la carrera se empieza a endurecer, el calor comienza a apretar. Varios corredores me adelantan, entre ellos en el km5 un grupito encabezado por la liebre de 1:20. No puedo seguir ese ritmo, tampoco lo intento, hoy estoy en otra liga. Desde el principio voy acompañado por la primera chica de 10k, lo sé por los ánimos del público y las indicaciones de los organizadores. Nos hemos ido dando relevos hasta el km8, momento en el que empezamos a subir la Calle Fuenterrabia, aquí bajo un poco el ritmo pensando que todavía me queda otra vuelta y la carrera se puede hacer muy larga.
Al finalizar la primera vuelta, 10 kilómetros, el reloj me marca 39:20, a partir de ahora toca correr con la cabeza. De nuevo un tramo de bajada hasta el Stadium Gal donde puedo recuperar un poco, ya no bajo tan rápido como la primera vuelta. Por detrás escucho música, se trata del ciclista que acompaña al grupo de 1:25, la verdad que no me lo esperaba tan pronto. Poco a poco escucho el volumen de la música más alto, señal de que me están alcanzando. Durante el km14 soy absorbido por el pequeño pelotón y mi intención es quedarme con el grupo.
El cansancio empieza a hacer mella, nunca fui buen compañero de las altas temperaturas. Inevitablemente el grupo liderado por la liebre se me escapa sin poder seguir el ritmo, voy perdiendo posiciones y la parte de las cuestas se me hace muy dura, la carrera se está haciendo muy larga. Sorprendentemente los km 19 y 20 (son de bajada) vuelvo a coger buen ritmo corriendo de nuevo por debajo de 4min/km, a pesar del cansancio me encuentro con buenas sensaciones. Hora de subir por última vez la Calle Fuenterrabia y recorrer el Paseo Colón mientras voy mirando el reloj de reojo para ver si puedo bajar de 1:25.
Encaro el último tramo abarrotado de gente animando, entro en la Calle Mayor bajando hacia el ayuntamiento y aprieto los últimos metros para cruzar la línea de meta en 1:25:03. Estoy completamente fundido, necesito unos minutos y una lata de Aquarius para recuperarme. Lo bueno del calor que ahora podemos disfrutar del buen ambiente post carrera charlando con otros corredores mientras comemos unas raciones de Telepizza que nos han preparado. No he podido bajar del tiempo que tenía previsto pero estoy contento de la carrera que he hecho con las condiciones meteorológicas que nos hemos encontrado.
No es una carrera para buscar mejor marca personal pero por calidad (cómo se cuida al corredor) / precio, es de las mejores opciones que podemos encontrar para correr media maratón o 10k. Una bolsa del corredor muy completa, charlas de profesionales en la feria del corredor, una camiseta técnica de mucha calidad, el aperitivo que organizan después de la carrera o las fotos gratuitas son algunos de los extras que tenemos por participar en este evento, el año que viene volveremos seguro.
Al finalizar la primera vuelta, 10 kilómetros, el reloj me marca 39:20, a partir de ahora toca correr con la cabeza. De nuevo un tramo de bajada hasta el Stadium Gal donde puedo recuperar un poco, ya no bajo tan rápido como la primera vuelta. Por detrás escucho música, se trata del ciclista que acompaña al grupo de 1:25, la verdad que no me lo esperaba tan pronto. Poco a poco escucho el volumen de la música más alto, señal de que me están alcanzando. Durante el km14 soy absorbido por el pequeño pelotón y mi intención es quedarme con el grupo.
El cansancio empieza a hacer mella, nunca fui buen compañero de las altas temperaturas. Inevitablemente el grupo liderado por la liebre se me escapa sin poder seguir el ritmo, voy perdiendo posiciones y la parte de las cuestas se me hace muy dura, la carrera se está haciendo muy larga. Sorprendentemente los km 19 y 20 (son de bajada) vuelvo a coger buen ritmo corriendo de nuevo por debajo de 4min/km, a pesar del cansancio me encuentro con buenas sensaciones. Hora de subir por última vez la Calle Fuenterrabia y recorrer el Paseo Colón mientras voy mirando el reloj de reojo para ver si puedo bajar de 1:25.
Encaro el último tramo abarrotado de gente animando, entro en la Calle Mayor bajando hacia el ayuntamiento y aprieto los últimos metros para cruzar la línea de meta en 1:25:03. Estoy completamente fundido, necesito unos minutos y una lata de Aquarius para recuperarme. Lo bueno del calor que ahora podemos disfrutar del buen ambiente post carrera charlando con otros corredores mientras comemos unas raciones de Telepizza que nos han preparado. No he podido bajar del tiempo que tenía previsto pero estoy contento de la carrera que he hecho con las condiciones meteorológicas que nos hemos encontrado.
No es una carrera para buscar mejor marca personal pero por calidad (cómo se cuida al corredor) / precio, es de las mejores opciones que podemos encontrar para correr media maratón o 10k. Una bolsa del corredor muy completa, charlas de profesionales en la feria del corredor, una camiseta técnica de mucha calidad, el aperitivo que organizan después de la carrera o las fotos gratuitas son algunos de los extras que tenemos por participar en este evento, el año que viene volveremos seguro.
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