domingo, 27 de septiembre de 2020

Diario de un Tortolico 2020 - 2. Canoas Duratón

En la provincia de Segovia se encuentran las Hoces del Río Duratón, un Parque Natural con un recorrido de 25km donde el paso del río y del tiempo han ido excavando la roca caliza del entorno, creando profundas paredes de hasta 100m. Dentro del Parque, se encuentran diferentes especies de aves: buitres, águilas, halcones... a lo largo del año se pueden observar más de 130 especies. Además de poder visitar el entorno a través de diferentes rutas de senderismo, también cabe la posibilidad de realizar actividades en el agua: canoa, pirgua, paddle surf, hidropedales...

¡Foto de equipo!

Quién nos iba a decir que un 5 de agosto en vez de estar celebrando las fiestas de Tórtoles o digiriendo las resacas de estas, íbamos a organizar un planazo de piragüismo en las Hoces del Río Duratón. Con el objetivo de aprovechar el día, hemos quedado en el frontón a las 09:30 para salir en 4 coches en dirección Segovia. En poco menos de una hora de trayecto ya nos encontramos en el pequeño pueblo de San Miguel de Bernuy. Aquí se encuentran algunas de las empresas que alquilan el material para realizar las actividades. Al ser un grupo grande (17 personas), nos han hecho una oferta por lo que el alquiler de las canoas, nos ha salido a 18€ por persona el día entero.

Selfie de Beñat con Vicky y yo

No hemos tardado mucho en ponernos en marcha, nos hemos cambiado, hemos recibido el material (canoas, palas, bidones y algunos han optado por coger el chaleco) y antes de ir al agua hemos escuchado los consejos que nos han facilitado el monitor. Nos interesaba saber cómo era el recorrido y qué chiringuitos había para comer. En nuestro caso, hemos alquilado 8 canoas dobles y una individual, además de coger 4-5 botes para guardar todos los utensilios: cremas de sol, toallas, gafas, un móvil para sacar fotos... Yo he empezado de pareja en el bote con mi prima Victoria.

Remando con Joseda

Hemos comenzado la aventura en una zona estrecha y sombría rodeada de árboles. Con poco espacio y la aglomeración de piraguas tanto nuestras como de otras personas, no hemos podido evitar los primeros choques entre canoas. Según avanzábamos, poco a poco, el río ha empezado a ensancharse para dar paso a increíbles paisajes que transitan por el interior del cañón. Cuando hemos encontrado más espacio y visto que no había peligro de molestar a la gente que pasa por allí con sus canoas, comenzamos con los abordajes entre botes. Pocos se han librado de acabar en el agua con la piragua volcada y los remos desperdigados. A pesar que no avanzamos muy rápido lo hemos pasado genial. Hemos ido cambiando de parejas hasta llegar al embalse que estaba al final de la ruta

Foto de equipo en las piraguas

Tanto esfuerzo y desgaste tiene su recompensa con unas frescas cervezas y un picoteo de patatas en el primer chiringuito que hemos avistado. El calor aprieta y no encontramos mejor plan que descansar un rato debajo de la sombrilla mientras no tomamos unas rondas. Sin darnos cuenta nos hemos fundido gran parte del bote que habíamos puesto, nos queda muy poco dinero para comer. Decidimos volver al agua y remar hasta el último chiringuito del embalse, el que nos han recomendado los de la empresa donde alquilamos las piraguas. Este tramo he tenido que hacerlo nadando debido a que en un abordaje me he quedado sin bote. Una vez llegado al Chiringuito El Duranguito, nos ha dicho que esta lleno y hasta las 16:00 no podemos comer el menú. 

Retomando fuerzas

Después de pensarlo un rato mientras tomamos otra ronda, decidimos esperar en vez de comprar unos bocatas fríos. La decisión ha sido un acierto, el dinero nos ha llegado justo para pagar el menú y nos hemos puesto las botas, un sitio muy recomendable para comer. Una vez llenada la tripa, unos nos hemos quedado a echar la siesta en una mini playa con unas telas atadas a unos árboles que daban sobra, mientras otros se han ido a remar por el embalse. Parece que estamos en el paraíso pero la tarde avanza y tenemos que volver a dejar las canoas. 

Captain Morgan

Con un poco de pereza vamos al agua con las piraguas, esta vez hemos avanzado un poco más rápido. Aunque tardamos menos tiempo en volver, los abordajes y volquetes no han faltado y algunas gafas han acabado en el fondo del ríoSobre las 19:30, hemos llegado a San Miguel de Bernuy. Tras dejar el material y cambiarnos, nos hemos quedado en un bar comiendo un helado antes de volver a Tórtoles. En definitiva, ha sido un día estupendo, un plan que seguramente repitamos algún otro verano. Aquí comparto la página web de la empresa donde alquilamos el material: https://canoasduraton.com/

domingo, 20 de septiembre de 2020

Diario de un Tortolico 2020 - 1. Las no fiestas

Si algo le ha faltado a este verano han sido las fiestas de Tórtoles de EsguevaEl hecho de no poder disfrutar de las fiestas tal y como las conocemos, no nos ha impedido juntarnos con los amigos y familia que normalmente nos vemos en esta época del año. Han sido unos días extraños en los que hemos aprovechado para hacer unas buenas meriendas (comidas y cenas), ponernos al día, recodar anécdotas y pasar unos buenos ratos.  

El 30 de julio, jueves por la mañana, Gaizka y yo hemos ido a Aranda a comprar la comida para merendar los siguientes días. Antes de entrar en el Alcampo, hemos cogido fuerzas con  un buen almuerzo de torreznos y oreja. Al volver a Tórtoles hemos descargado toda la comida en la Peña de la Olma. Por la tarde, mientras nos tomábamos unas cervezas en el bar, el pueblo se ha ido llenando poco a poco con la gente que ha ido llegando.

El Revol

El viernes hemos dado por inauguradas las no fiestas con la primera merienda, el menú de la cena ha sido costillares con patatas. Por la mañana, hemos quedado para cortar las patatas y dejar todo preparado para bajar a asar la comida a la panadería. Como ha hecho buen tiempo, hemos sacado las mesas fuera de la Olma para cenar ahí tranquilamente. En la sobremesa, nos hemos quedado tomando un par de copas con la música de fondo que hemos puesto dentro de la peña. Hemos sentido un poco de morriña al saber que no íbamos a poder bajar al discomóvil, el año que viene lo celebraremos con el doble de ganas. 

Pizzas caseras en la Olma

Ha llegado el día que más nos gusta a todos los Tortolicos, es sábado, hoy tendríamos que estar vestidos con nuestro peto de fiestas preparados para la bajada de peñas. Este año no ha sido así, mientras que la mayoría de las peñas han comido en los caños, los del Revol nos hemos juntado en el merendero de Alfon para comer unos ricos macarrones cocinados por Carlos. A media tarde, he subido con Marcos a los caños para juntarnos con los demás. Justo al momento de llegar, la Guardia Civil acababa de venir a comprobar que todo estaba en orden. Sobre las 20:00 hemos bajado a la Olma a preparar la cena, pizzas caseras con pan de torta. Hoy también hemos bajado a la panadería, esta vez para a hacer las pizzas en el horno de leña. Después de cenar, he ido al bar nuevo hasta que han cerrado. 

Fiestas 2019 - Comida en los caños

En la familia, hemos adelantado un día nuestra tradicional comida de lechazo de San Esteban debido a la visita exprés que nos han hechos los primos Borja y Richard con Andrea y Samy. Siempre digo, que es un mal día para comer este manjar porque solemos estar de resaca, pero este año, al no beber mucho y volver pronto a casa en la víspera, lo he degustado como nunca.

Primos Velasco

De esta forma hemos celebrado las no fiestas de Tórtoles de Esgueva, entre tanta merienda, también hemos aprovechado para hacer deporte, pero de eso os hablaré en otro post. Esperemos que en el 2021 todo vuelva a la normalidad y podamos celebrar unas fiestas como estábamos acostumbrados, ganas no nos van a faltar. ¡Viva Tórtoles y viva San Esteban!

domingo, 13 de septiembre de 2020

Diario de un Tortolico 2020 - Prólogo

Me tengo que remontar al verano del 2005 para contaros cómo empezó "Diario de un Tortolico". A mediados de agosto de aquel año llegaba al pueblo después de haberme perdido las fiestas de San Estaban por un viaje a Polonia con el grupo de "dantza". Por delante tenía poco menos de un mes para estudiar la asignatura de Física que había suspendido en primero de Bachillerato. Estudiar en Tórtoles nunca me ha resultado una tarea fácil, tenía que despertarme pronto después de trasnochar con los amigos. Fue durante esas mañanas de estudio cuando surgió aquel diario donde relataba con todo detalle, el día a día de ese estupendo verano. Cada día era una aventura diferente, lleno de travesuras y anécdotas que guardaremos para siempre. 

Tórtoles de Esgueva
Tórtoles de Esgueva

A medida que hemos ido cumpliendo años, los veranos se han vuelto más monótonos. Salir a las fiestas de los pueblos de al rededor ha sido la tónica de cada mes de agosto. En poco tiempo, los bares sustituyeron aquellos rincones donde nos escondíamos para que no nos viese nadie. Además, los veranos en Tórtoles comenzaron a acortarse debido a que empezábamos a trabajar y no contábamos con tantos días de vacaciones. En aquella primera versión del diario, compartí las líneas que escribí en "MySpace", los más jóvenes no sabrán de lo que hablo, se trata de una de las primeras redes sociales que hubo en Internet. Ahora, aprovechando que no hay carreras ni crónicas que contar, tema principal de este blog en los últimos años, voy a retomar "Diario de un Tortolico" versión 2020

Verano 2005

Hacía mucho tiempo que no podía disfrutar de tantos días de vacaciones en mi pueblo, Tórtoles de Esgueva. Ha sido un verano diferente, por primera vez desde que tengo uso de razón, no se han celebrado las fiestas, no hemos disfrutado de la bajada de peñas con la charanga ni de las orquestas o disco-móviles que amenizan las noches de la primera semana de agosto. Tampoco hemos escuchado al pregonero en el balcón del Ayuntamiento ni a la Reina y Damas bailar con los trajes regionales en la calurosa procesión de San Esteban. A pesar de todo, puedo contaros que ha sido uno de los mejores veranos que he vivido y por eso me ha parecido oportuno retomar "Diario de un Tortolico". Esta vez el formato va a ser diferente, en vez de relatar el día a día en el pueblo, quiero transmitir todas las actividades y planes que hemos hecho. 

Quién sabe si dentro de 15 años, (verano de 2035) vuelva a escribir de nuevo otro diario. De lo que si que estoy seguro, es que las líneas que comparta durante las siguientes semanas van a permanecer como un bonito recuerdo de cómo pasamos aquél extraño mes de agosto de 2020.