domingo, 13 de septiembre de 2020

Diario de un Tortolico 2020 - Prólogo

Me tengo que remontar al verano del 2005 para contaros cómo empezó "Diario de un Tortolico". A mediados de agosto de aquel año llegaba al pueblo después de haberme perdido las fiestas de San Estaban por un viaje a Polonia con el grupo de "dantza". Por delante tenía poco menos de un mes para estudiar la asignatura de Física que había suspendido en primero de Bachillerato. Estudiar en Tórtoles nunca me ha resultado una tarea fácil, tenía que despertarme pronto después de trasnochar con los amigos. Fue durante esas mañanas de estudio cuando surgió aquel diario donde relataba con todo detalle, el día a día de ese estupendo verano. Cada día era una aventura diferente, lleno de travesuras y anécdotas que guardaremos para siempre. 

Tórtoles de Esgueva
Tórtoles de Esgueva

A medida que hemos ido cumpliendo años, los veranos se han vuelto más monótonos. Salir a las fiestas de los pueblos de al rededor ha sido la tónica de cada mes de agosto. En poco tiempo, los bares sustituyeron aquellos rincones donde nos escondíamos para que no nos viese nadie. Además, los veranos en Tórtoles comenzaron a acortarse debido a que empezábamos a trabajar y no contábamos con tantos días de vacaciones. En aquella primera versión del diario, compartí las líneas que escribí en "MySpace", los más jóvenes no sabrán de lo que hablo, se trata de una de las primeras redes sociales que hubo en Internet. Ahora, aprovechando que no hay carreras ni crónicas que contar, tema principal de este blog en los últimos años, voy a retomar "Diario de un Tortolico" versión 2020

Verano 2005

Hacía mucho tiempo que no podía disfrutar de tantos días de vacaciones en mi pueblo, Tórtoles de Esgueva. Ha sido un verano diferente, por primera vez desde que tengo uso de razón, no se han celebrado las fiestas, no hemos disfrutado de la bajada de peñas con la charanga ni de las orquestas o disco-móviles que amenizan las noches de la primera semana de agosto. Tampoco hemos escuchado al pregonero en el balcón del Ayuntamiento ni a la Reina y Damas bailar con los trajes regionales en la calurosa procesión de San Esteban. A pesar de todo, puedo contaros que ha sido uno de los mejores veranos que he vivido y por eso me ha parecido oportuno retomar "Diario de un Tortolico". Esta vez el formato va a ser diferente, en vez de relatar el día a día en el pueblo, quiero transmitir todas las actividades y planes que hemos hecho. 

Quién sabe si dentro de 15 años, (verano de 2035) vuelva a escribir de nuevo otro diario. De lo que si que estoy seguro, es que las líneas que comparta durante las siguientes semanas van a permanecer como un bonito recuerdo de cómo pasamos aquél extraño mes de agosto de 2020.    

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